Un menú de primavera con Muriel Wines

Esta primavera que acabamos de estrenar nos vamos de viaje sensorial por España con cuatro (más uno) vinos que armonizan con otros tantos platos. Lo singular de la experiencia es que tomamos esos platos de las cartas que esta temporada proponen cuatro restaurantes destacados. Situados en los cuatro puntos cardinales de nuestro país, representan cuatro tradiciones culinarias diferentes de la rica gastronomía española, tan llena de influencias, de productos, de climas dispares. ¡Buen provecho!

1. Frescura en Ricard Camarena

Nos sorprenden y atraen las propuestas del cocinero valenciano Ricard Camarena a base de productos del mar. En el restaurante que lleva su nombre, situado en el Centro de Arte Bombas Ges de Valencia, Camarena compone recetas de sencillez esencial y a la vez de una sofisticación repleta de siglos de saber. Quizá esa sea una buena definición del mediterráneo luminoso del Levante, lleno de júbilo y destellos barrocos.
Nos quedamos con la cigala asada en salamandra, barnizada de su propio jugo. Aquí hay mucha técnica y estudio para un resultado que es pura intensidad. Pero el pase no acaba aquí: la segunda versión del crustáceo llega en forma de velouté que aúna cigala, vainilla y jazmín velouté, en una transición de sabores del picante al dulce al salino...
Para armonizar estas maravillas empezamos con dos de nuestros blancos. Primero, el Muriel Fincas de la Villa Blanco 2018; en el segundo pase abriríamos el Viña Muriel Blanco Reserva 2010.

2. Sofisticación en Noor

Tras Camarena, nos vamos al Sur, geográfico y también espiritual y mental. En Noor, el destino nos tiene preparada una inmersión en la gastronomía de raíz andalusí, tamizada por el filtro de la modernidad. El chef Paco Morales triunfa con sus loas a un exotismo que es en realidad muy nuestro, muy peninsular. De todo ese ejercicio de memoria, sensaciones y sensualidad que es su cocina nos quedamos con la ostra con zumo de aceituna kalamata, gelée de cordero lechal y kefir. Las gelatinas untuosas dialogan con el frío kéfir, el recuerdo amaderado del vino generoso liga con la textura sutilmente viscosa de la grasa del lechal. Una auténtica maravilla de aromas ancestralmente refinados, de cuando las ciudades se relacionaban de forma sana y natural con los campos y granjas circundantes.
Necesitamos para un maridaje perfecto un vino blanco con cuerpo, boca sedosa y acidez equilibrada. Conde de los Andes Blanco 2016 es la opción ideal.

3. El sabor del campo en Lera

¿Cuál es la personalidad auténtica de la Tierra de Campos zamorana? Para conocerla, aquí está Lera, sublimando la cocina rural de estas llanuras inacabables. Hace pocos años, Luis Alberto Lera asumió las riendas del mesón familiar situado en el pueblo de Castroverde de Campos y partiendo de unas bases sabrosamente sólidas lo lanzó a una dimensión qe roza lo eterno. Y todo ello con el puntal de la gastronomía de la caza. Perdices, liebres, codornices, patos, conejos, becadas... En la mesa de Lera se pone en danza un festival de intensidad y equilibrio natural. De apego al terreno y al mismo tiempo, de absoluta universalidad.
En la pechuga de paloma que prepara Luis Alberto se sintetizan una filosofía de aprovechamiento y una mirada elegante. La suma de sabores, entre la suavidad, la profundidad y los tonos agrestes, se podría acompañar a la perfección con nuestro tinto de los viñedos de tempranillo de El Gallo: Viña Muriel Reserva. Madurez y energía.

4. Tradiciones renovadas en Echaurren

Regresamos al gran valle del Ebro, a nuestras tierras riojanas, para terminar en el Portal del Echaurren, nombre mítico del pueblo de Ezcaray que desde hace años corona la gastronomía de la región. Mucho se ha escrito sobre un restaurante que sigue evolucionando y abriendo caminos nuevos de la mano de Francis Paniego. El último de ellos llegará el próximo verano en formato festival: se trata de Mama, un encuentro que homenajeará la cocina de las madres y abuelas.
Y es que en Echaurren pervive esa memoria familiar, ese gusto por los sabores de siempre. Al lado de preparaciones y apuestas de pleno sentido contemporáneo, Francis Paniego mantiene una conexión emocionante con los fogones tradicionales. Este plato de morros glaseados es un ejemplo perfecto. Suavemente guisados, su textura y su sabor nos sugieren el maridaje con nuestro vino de gama más alta, el Marqués de Elciego 2010; procedente de viñedos de elevada edad en el pueblo de Elciego, presenta todo el carácter elegante y vital de la mejor uva tempranillo riojano-alavesa.

Camarena (Valencia)

Noor (Córdoba)

Lera (Castroverde de Campos, Zamora)