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Un nuevo Lab" para la escuela de Lunsar

Un nuevo Lab" para la escuela de Lunsar

Fundación Maga financia la construcción de las nuevas instalaciones

En Lunsar, la solidaridad es contagiosa. Durante los últimos meses (también difíciles para la sociedad de Sierra Leona), la escuela de secundaria para chicas ha seguido con sus actividades educativas y también de apoyo a las familias de las alumnas.

Una de las principales acciones ha sido la construcción del nuevo laboratorio de ciencias. Se trata de una infraestructura esencial para garantizar la formación en este ámbito, que sustituye a un anterior laboratorio, pequeño y obsoleto.

La hermana Adriana, directora de la escuela, cuenta en estas líneas los detalles de un proyecto que esperamos será pronto una feliz realidad. Las fotografías que acompañan al texto corresponden al proceso de construcción.

 

La Secundaria Our Lady Guadalupe contaba con dos laboratorios para prácticas, uno para química y otro para biología, que fueron construidos tras la guerra civil que sufrió Sierra Leona de 1995 a 2001. Aunque contó con suficientes recursos económicos, la ejecución de esas primeras instalaciones se hizo a contra reloj, dejando bastantes lagunas en el proyecto, unas de carácter estructural y otras sobre el abastecimiento de material, equipo y reactivos.

En cuanto a las primeras, lo primero que podemos decir es que en la superficie original difícilmente podrían trabajar 20 estudiantes por sesión. No había un almacén de reactivos y equipo, y los materiales estaban al alcance de las estudiantes, con todos los riesgos que eso suponía. Por otra parte, el pavimento se había colocado deficientemente y el techo, hecho de zinc, impedía realizar prácticas en las horas de apogeo solar, pues en el interior la temperatura llegaba a alcanzar tos 45 ºC. Las mesas de trabajo estaban mal diseñadas y dejaban entre ellas pasillos de solo 50 cm de ancho: en caso de evacuación existía riesgo de caídas, aglomeraciones, etc.

Aunque los espacios contaban con grifería, nunca había suministro de agua y había que traerla en cubetas. Tampoco estaba previsto una mínima instalación de gas. Finalmente, había una única puerta de acceso al laboratorio, de unos 90 cm de ancho, con los consiguientes problemas de seguridad en caso de evacuación.

En resumen, tener aquellos laboratorios era como no tenerlos y por eso nos decidimos a hacer un espacio nuevo, más amplio, funcional y seguro. No pretendemos dotarlo de un equipo muy sofisticado, sino el mínimo indispensable para cubrir los objetivos que marca el programa académico.

Esta formación es demandada principalmente por los programas de formación del país, especialmente cuando se hacen los exámenes oficiales de evaluación. Las estudiantes encuentran muchísima dificultad para relacionar conceptos como el pH, titulaciones ácido-base, redox, cálculo de densidades, y un larguísimo etc. Tienen que imaginarse lo que no pueden corroborar y entonces el conocimiento es meramente nominal y abstracto, lo que lo hace también muy superficial y difícil de asociar; pues el único recurso que les queda es la memorización. Esto quiere decir que aunque directa y abiertamente no lo demandan a la escuela, lo necesitan. Además, las alumnas que están interesadas en incursionar alguna carrera en el área de ciencias cuando supera el examen de BECCE se van a la Secundaria de Murialdo.

¿Y en próximas fases?

Una vez concluida esta fase, quedará pendiente lo referente al material, equipo y reactivos. Tenemos que asumir que se trata de un proyecto que no concluye con la reforma del inmueble y su adaptación sino que demanda constantemente unos insumos para mantenerse operante. Por eso, para el día a día del laboratorio, hay que tener previsto un presupuesto mensual para reactivos y material de seguridad.

Respecto a esto, en el laboratorio anterior tenía algo de material adquirido, especialmente mediante donaciones. Lo hemos revisado y está en buenas condiciones: podremos usarlo todo. Sin embargo, quizá tenemos una 1000 cajas Petri pero ningún potenciómetro ni balanza analítica, fundamental en casi todas las prácticas; la última que usamos es una de cocina que nos llegó a la Escuela Vocacional.

No sabría decir la sostenibilidad que el proyecto tiene en sí mismo, ni como enfrentaremos estos nuevos desafíos pero me atrevería a decir que invertir en esta clase de formación es de lo mejor que podemos hacer por nuestras estudiantes, porque es ponerlas en contacto con el método experimental; con aquella forma de adquirir el conocimiento que, a pesar de sus limitaciones, ha traído tantos beneficios tecnológicos a Occidente y que quizá aplicado aquí, con una mentalidad que pondera otro tipo de valores, pueda surgir una nueva manera de entender y promover la ciencia.

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Fundación Maga Reserva

La construcción del nuevo laboratorio de la escuela de Lunsar es finaciada en parte con la venta del vino de la Fundación: un reserva con DOCa Rioja elaborado por Bodegas Muriel.

Más info acerca del vino aquí.

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