Según los historiadores, los desdobles del Camino no eran infrecuentes. En muchos casos respondían a la inestabilidad política de los territorios atravesados. En otros, a la voluntad de los aristócratas de evitar las masas de peregrinos de clases inferiores. Puede que el trayecto riojano-alavés naciera de esa intención. Sea como fuere, un importante personaje acabó por popularizarlo: el rey de Navarra Carlos III el Noble (1361-1425). En la década de 1380, siendo todavía príncipe, partió en peregrinaje hacia Compostela como agradecimiento por haber sido liberado de su cautiverio en Francia. Desde Viana recorrió con un nutrido séquito los pueblos de la entonces llamada Sonsierra de Navarra, que ya debían contar con infraestructura suficiente para acoger el paso de peregrinos de alta alcurnia.
El viaje del príncipe Carlos consolidó el itinerario entre los viñedos de Rioja Alavesa. Permanecen algunas huellas arquitectónicas, como las conchas jacobeas en el dintel de la puerta principal del palacio de Samaniego, construido en el siglo XVII. Y en el pórtico de la iglesia de Santa María de los Reyes de Laguardia puede admirarse la escultura gótica del apóstol Santiago en atuendo de peregrino. Más allá de estos rastros físicos, nos gusta imaginar las pisadas de los peregrinos sobre la tierra clara de nuestros caminos.
Según el reconocido historiador de Lapuebla de Labarca Salvador Velilla Córdoba, la ruta jacobea por Rioja Alavesa y la Sonsierra se estructura en las siguientes etapas: de Viana a Oyón-Oion (1 hora y cuarto de caminata); de Oyón-Oion a Laguardia (4 horas y media): de Laguardia a Samaniego (2 horas y cuarto); de Samaniego a Ábalos (1 hora y 5 minutos); de Ábalos a Santa María de la Piscina (40 minutos); y de Santa María de la Piscina a San Vicente de la Sonsierra (1 hora), desde donde el camino entra en La Rioja para enlazar con el trayecto principal.
Una última curiosidad: el conocido como Camino del Norte, que cruza la llanada alavesa, desemboca en la localidad de Salinillas de Buradón. Desde ahí pasa por Briñas en dirección a Haro. Es decir, esta otra rama pasa pegada a nuestras viñas de Conde de los Andes.
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