En los meses de invierno, los viñedos se nos muestran desnudos, callados, agazapados en una quietud que en ocasiones nos parece desolada. Pero no hay tristeza en ese frío paisaje. ¡Las vides están viviendo uno de sus mejores momentos del año! Y es que las bajas temperaturas tienen un efecto paradójicamente beneficioso: dejan descansar a la planta. Es lo que llamamos ?letargo invernal?, la parada vegetativa que le permite detener toda actividad de crecimiento para reposar y acumular reservas en su tronco y raíces.
Para ayudar a la vid a completar el reconfortante proceso de la hibernación, en todas las regiones vitícolas del planeta se lleva a cabo desde antiguo una práctica fundamental: la poda. Consiste en despojar a la cepa de su ramaje de sarmientos sin hojas. Así podemos prepararla para el próximo periodo de brotación, controlar la cantidad y calidad de la uva, vigorizarla y alargar su vida productiva. En el caso de las plantas más jóvenes, la poda tiene un objetivo adicional: permite dar a la vid la forma más conveniente para su deseado crecimiento futuro.
Las tijeras son la herramienta fundamental de la poda
Dos grandes tipos de poda
Con todas sus múltiples variantes, podemos identificar dos tipos principales de poda. Por un lado, la poda en vaso es el sistema más tradicional, que en esencia busca orientar la cabeza de la vid verticalmente, repartir los brazos de forma equilibrada, evitando que ninguno de ellos sobresalga en exceso, y conseguir que los racimos de uva no queden demasiado cerca del suelo.
El segundo sistema, hoy muy extendido, es la poda en espaldera. Aquí la finalidad es facilitar la mecanización de los diferentes trabajos agrícolas, con el objetivo de optimizar la producción y la calidad.
En los viñedos de Muriel Wines venimos aplicando ambos sistemas de poda. En las viñas más viejas suele predominar la formación en vaso, mientras en las más jóvenes, y sobre todo en las que buscamos una mayor productividad, destaca la espaldera.
Antes de entrar con las tijeras de podar, la prepodadora hace una pasada por las hileras de vid;
resulta una ayuda fundamental para avanzar trabajo en las viñas en espaldera.
¿Qué es el lloro de la vid?
Al aumentar la temperatura del suelo, unas hormonas contenidas en las raíces empiezan a activar el metabolismo de la planta. Se inicia el flujo de savia desde las raíces hasta las partes aéreas y empieza el crecimiento de las yemas que dará lugar a hojas y frutos. La planta empezará a crecer gracias a las reservas acumuladas en las raíces y en el tronco, dado que al no haber todavía hojas, no puede realizar la fotosíntesis.
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