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Tras la Navidad, buenos paseos

Tras la Navidad, buenos paseos

Nuestros paisajes de viña, escenario ideal para un ejercicio reparador

¿Qué es lo que más apetece tras un festejo lleno de buena gastronomía y de vinos ricos? Una respuesta que seguramente comparten muchas personas es andar. Sí: darse un tranquilo y reparador paseo para despejar cuerpo y mente.

Para nosotros, una sencilla y placentera tradición navideña consiste en recorrer la corta distancia que une el pueblo de Elciego con nuestras viñas en la zona de El Gallo. Tras caminar un par de kilómetros por una pista entre parcelas de vides de tempranillo y viura, llegamos hasta un chozo de piedra, una de esas construcciones tradicionales que salpican nuestro paisaje de viñedo. Si el día está claro y despejado, las vistas que ofrece este lugar llano y alto son impagables: al norte, muy cerca, toda la sierra de Toloño y Cantabria; al otro lado del valle del Ebro, los diferentes macizos que forman el sistema ibérico en el lado riojano. Entre ellos destaca, al suroeste, la Sierra de la Demanda, con su máxima altura, el pico San Lorenzo.

Tras la Navidad, buenos paseos
En esta época del año, las laderas y vaguadas de nuestra tierra están dominadas por los colores ocres, marrones y pardos de suelos y cepas. El viñedo, desnudo de hojas y parcialmente podado, ofrece esa imagen de austeridad y recogimiento tan propia del invierno. Si tenemos la suerte de que ha nevado, el entorno se viste de una preciosa combinación cromática y el paseo aún se disfruta más.

¿Seguimos el paseo? Desde el altiplano de El Gallo, una buena opción es atravesar el viñedo hacia el sur y enlazar con una amplia pista que inicia un suave descenso en dirección al valle del Ebro. Pasaremos por parajes como Garcimoracho, donde se extienden nuestras viñas de tempranillo blanco. Es una bajada paulatina y en su extremo se encaja entre taludes escarpados que dan paso al amplio viñedo de Valduengo, a orillas del gran río. El ambiente es muy diferentes, más húmedo y más protegido de los vientos de oeste y norte. Desde aquí el regreso a Elciego puede hacerse por la carretera A-3210 justo al pie del puente que conecta con el término de Cenicero.

La alternativa del bosque

Un paseo alternativo a nuestro "clásico" de El Gallo es el que sale de la Casa de Eguía (sede de nuestras principales actividades elaboradoras, situada en la salida noroeste del pueblo) y lleva hacia el bosque de La Salera. Es una pequeña formación de encinas, testimonio de un tiempo pasado en que buena parte de la Rioja Alavesa estaba cubierta de masa forestal. Ubicada en terrenos que pertenecen al municipio vecino de Navaridas, La Salera ofrece un abrigo en medio del viñedo despejado. Es un lugar de una calma agreste, que muestra bien la diversidad de paisajes y microclimas de nuestra tierra. Tres kilómetros separan este encinar del núcleo de Elciego: un buen paseo para cerrar un gran día de fiesta.

Tras la Navidad, buenos paseos Un sector del bosque de La Salera, en una fotografía tomada el verano pasado