Valdecuriel: nuestra nueva bodega en Ribera del Duero
Un viñedo excepcional en un pequeño valle de piedra caliza
Hemos encontrado un lugar idóneo para iniciar un nuevo proyecto: las laderas del valle de Las Pinzas, entre los pueblos de Pesquera y Curiel ?provincia de Valladolid?, en pleno corazón de la Ribera del Duero.
Ahí, bajo dos imponentes escarpes de roca caliza, se extienden los viñedos y las instalaciones de Valdecuriel, que desde este verano se integra dentro de nuestro grupo Muriel Wines.
El emplazamiento tiene algo especial. Orientado al sur, frente al río Duero, el pequeño valle parece un refugio frente al clima severo de las tierras altas. La fauna autóctona vive en libertad en las laderas agrestes, bajo los riscos y páramos de piedra blanca.
Vinos de paisaje
En la boca del valle se sitúa el edificio de la bodega, que va a especializarse en vinos representativos de la calidad vitícola de la zona, definida por la expresión frutal, la potencia y la armonía.
Con nuestros vinos de Valdecuriel, que estarán pronto disponibles, aportamos un carácter intenso, indómito y libre. La energía originaria de un pequeño valle de viña preservado durante miles de años.
Geografía histórica
Valdecuriel retoma una historia de más de 20 siglos de viñedo. El paraje, situado a más de 800 metros, se encuentra a corta distancia de la mítica ciudad vaccea y romana de Pintia.
Según las investigaciones arqueológicas, en Pintia ya se elaboraba vino en el año 2.500 aC. Más tarde, en la época romana, el cultivo de la vid se extendió por todas las tierras del altiplano.
En nuestro valle de Valdecuriel, los farallones verticales han sido el hogar de distintos pobladores a lo largo de 5.000 años. Desde el Neolítico, se han utilizado las cuevas de la roca caliza. Hasta hace pocos siglos, las misteriosas galerías fueron ocupadas por pastores, agricultores y ermitaños, y hoy son un punto de atracción para excursionistas y amantes de la historia.
Viticultura experta
Hemos escogido el mejor hábitat para la uva tempranillo: suelos arcillo-calcáreos, pobres y bien drenados, y un clima continental extremo, de noches frías incluso en verano.
Estas condiciones son ideales para la práctica de una viticultura precisa, rigurosa, consciente y adaptada al medio natural. Un cultivo que, además, se beneficia de un conocimiento ancestral.
Toda esta experiencia nos permite cultivar la vid con la idea clara de expresar la identidad más definida del lugar. En Valdecuriel cuidamos un entorno único para obtener de él vinos llenos de autenticidad, sabor y placer.
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