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La coca, el sabor del Mediterráneo ibérico

La coca, el sabor del Mediterráneo ibérico

Un mundo de sabores intensos sobre una base tradicional

Cocemos al horno una masa plana de pan con ingredientes de todo tipo encima y al cabo de un rato tenemos el alimento mediterráneo por excelencia. La base que ha nutrido a generaciones de personas, a gentes de todas las edades y condiciones, por espacio de siglos y en casi todos los rincones y riberas del Mare Nostrum.

¿Cómo le llamamos a esta receta? La sociedad de consumo la llama pizza y la ha convertido en uno de los productos más populares del mundo. Pocas cosas hay más viajeras que la pizza: nace en el sur de Italia ?a orillas del Mediterráneo, como no podía ser menos?, hace las Américas de la mano de la inmigración italiana de principios del siglo XX, triunfa en las efervescentes ciudades del Nuevo Mundo (Nueva York y Buenos Aires por encima de todo) y desde allí regresa a Europa convertida en estandarte de la cocina rápida.

Pero el fulgor de este periplo pizzero esconde algo. Y es que la historia de la ?masa de pan con cosas encima? tiene otros caminos que, por no haber alcanzado el éxito planetario de la pizza, llevan a placeres desconocidos para la mayoría. Uno de esos itinerarios alternativos es el de la ?coca?, palabra de origen nebuloso que el que se nombre una preparación tanto salada como dulce, tradicional en todo el arco mediterráneo español e incluso en muchas zonas de la cuenca del Ebro.

Nos encanta la coca. Es rica, energética y equilibrada. Es perfecta para cualquier momento del día y de la noche, te salva con nota cualquier compromiso gastronómico y aguanta bien dos o tres días.

Además de todo ello, ofrece una variedad enorme. Sus ingredientes pueden cambiar sustancialmente de región a región, incluso de pueblo a pueblo. Hay, eso sí, algunas modalidades de coca más comunes y universales. Entre ellas, la de cebolla, la de pisto, la de pimientos asados y todas las que llevan, como guinda proteica, sardinas o arenques o longaniza de algún tipo.

Hay que reivindicar el mundo coca. Es una preparación muy nuestra que merecería ocupar un lugar cercano al de la pizza en la consideración del público global. Más alto incluso. Es tan fácil y ?fast? como su prima italiana y, por su relativo desconocimiento, ha sabido conservar una mayor autenticidad.

Además, y para barrer un poco hacia casa, la coca se acompaña maravillosamente bien con vino. No queremos acabar este intento de elogio sin proponer tres sencillos maridajes de tres cocas diferentes con sendos vinos de Muriel Wines.

Coca de pimientos asados y sardinas con Viña Muriel Blanco Reserva

Una coca de lo más clásico, heredera de una cocina intensamente frugal, puro mediterráneo. Un blanco con volumen como Viña Muriel Blanco Reserva suma con su refrescante profundidad.
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Coca de cebolla, tomate y salchichas con Muriel Crianza

Un grado más de contundencia, aunque nada pesada, es la que propone esta típica coca de ?recapte?, popular en Lleida, Tarragona y otras zonas. La presencia de la carne reclama el punto de estructura y ligera tanicidad que aporta el Crianza de Muriel.
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Coca de albaricoques con Conde de los Andes Semidulce

Una receta típica de Mallorca, que armoniza dulzor y acidez. Es perfecta con el Semidulce  de Conde de los Andes, ahora en su añada 2003, que es como una caricia suave y sutil.
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