Momento álgido del verano, hace mucho calor y se impone la búsqueda del frescor. Vamos a ello, pero alejándonos por un rato de los grandes hits del verano español: el remojo en playas o piscinas y el solaz a la sombra benéfica de los chiringuitos.
Proponemos una opción alternativa, un plan de altura. Literalmente: subimos a cuatro puntos altos de la geografía española, cuatro picos donde la menor presión atmosférica hace que las temperaturas sean gratamente más frescas incluso en los días más tórridos. Preparemos bien el calzado, gorra, cantimplora y provisiones necesarias; y como pertrechos especiales para esta ocasión incluyamos en la mochila unos vasos de excursión plegables y una botella de vino bien envuelta en film alveolar: el plástico de burbujas de toda la vida. La idea es sencilla: disfrutar de cada panorámicas de una forma original, brindando por el esfuerzo realizado y por la recompensa que tenemos ante la vista.
¡Empieza la expedición!
Altura 1: Veleta de Sierra Nevada (3.396 m)
La primera propuesta nos traslada a Sierra Nevada, en Granada, el más meridional de los grandes macizos de Europa y el segundo en altitud de todo el continente, tras los Alpes. Sierra Nevada está surcada de sendas y recorridos, y uno de los más atractivos es sin duda el del pico Veleta. La ascensión permite disfrutar de espectaculares vistas de las principales cimas de Sierra Nevada y el mar Mediterráneo, así como algunos macizos montañosos de las provincias de Granada y Jaén, que forman parte de otros espacios naturales protegidos. A lo largo de la ruta se descubren endemismos botánicos exclusivos de Sierra Nevada como la manzanilla real (Artemisia granatensis). Al final de la subida a la cumbre aparece el imponente Corral del Veleta, un vertiginoso cortado con más de 200 metros de caída, en su cara norte, en el que se puede apreciar una masa de hielo fósil.
Al Veleta nos vamos a llevar el vino que elaboramos en la otra punta de España, en las Rías Baixas gallegas: Pazo Cilleiro Albariño. Su personalidad vibrante y marina vendrá muy bien para refrescarnos en estas alturas sureñas y, sobe todo, para comer un delicioso espeto de sardinas, tradicional en la cercana costa malagueña.
Altura 2: Peñalara (2.428 m)
Una de las rutas de senderismo más emblemáticas del Sistema Central es la circular de Peñalara, en el corazón de la sierra de Guadarrama, a caballo entre Madrid y Segovia. Peñalara es un conjunto montañoso granítico que posee los mejores restos glaciares de la zona. Desde 2013 está integrado en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama, lo que garantiza la conservación de su entorno natural.
Nuestra amica Rebeca, de Viajeros 3.0, tiene publicado un fantástico reportaje de esta experiencia. En general el nivel de dificultad es asequible, si bien algunos tramos (como el célebre Risco de los Claveles) revisten cierta complejidad. Siempre es posible dar largos rodeos para evitarlos. Sea como sea, la recompensa final son unas vistas y un entorno natural irrepetibles a un paso de la gran urbe madrileña.
¿Qué vino nos sugiere esta ruta? Hemos pensado en el fresco, fino y envolvente Muriel Fincas de la Villa Crianza. Con su boca jugosa y sus recuerdos de una crianza en roble muy equilibrada sabeacompañar a la perfección el proteíco cochinillo asado, plato "nacional" de Segovia, ciudad desde cuyas azoteas se contempla la icónica cara noroeste del macizo de Peñalara.
Altura 3: Refugio de Urriellu (1.960 m)
Gestionado por la Federación de Montaña del Principado de Asturias, este recóndito refugio levantado en los años 40 está situado a los pies del mítico y vertiginoso Picu Urriellu, también conocido como Naranjo de Bulnes. Es el sitio ideal para afrontar la escalada de la pared del Urriellu, y también para ascender la Torrecerredo, techo de lo Picos de Europa. Si nuestro nivel de especialización montañero no es tan alto, el refugio también resulta perfecto para pernoctar y descansar durante cualquier ruta de trekking por el macizo central del Parque nacional Picos de Europa.
El entorno es sencillamente espectacular y el esfuerzo de la caminata seguro que nos abre el apetito para probar una de las especialidades más deliciosas y nutritivas de Asturias: el cachopo. Se trata de una especie de 'librito' o san jacobo gigante. Entre filete y filete de carne de ternera local, el relleno lleva normalmente jamón y queso, aunque admite muchas variantes. Nos encanta aderezado con una crema a base del queso de la zona, el cabrales.
El Urriellu y el cachopo destacan por su monumental contundencia y a ambos 'paisajes' asturianos les viene perfecto un profundo y emocionante Viña Muriel Gran Reserva.
Altura 4: San Lorenzo (2.271 m)
Acabamos este viaje por alturas emblemáticas de España en nuestro querido y siempre presente pico de San Lorenzo, techo de La Rioja. Es además la segunda cumbre más elevada de todo el Sistema Ibérico, detrás del Moncayo. Sencillo de coronar, esta rutaaccede hasta su cúspide por la preciosa población de Ezcaray. Una vez arriba, si tenemos la suerte de contar con un día despejado, contemplamos la panorámica del valle del Ebro a su paso por La Rioja: los campos de cereal y, más cerca del Ebro, todo el viñedo riojano, que remonta hacia las sierras de Toloño y Cantabria.
Justo en medio del amplio paisaje intuimos allá abajo el pueblo de Ollauri, horadado por cientos de calaos, galerías subterráneas donde se guarda el vino desde hace siglos. En uno de ellos, el más largo y espectacular, se ubica nuestra bodega de Conde de los Andes. Y es su vino blanco el elegido para maridar con el pico San Lorenzo y con un fantástico y suculento bacalao a la riojana. ¡Nada más auténtico!
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