¿Por dónde cruzar la Sierra de Cantabria?
Durante siglos, el vino de Rioja usó los puertos de montaña para llegar a sus mercados
Cuando descansamos un rato de la poda, erguimos momentáneamente el cuerpo, abrimos los hombros y contemplamos las vistas alrededor. Y entonces vemos la línea abrupta de la Sierra de Cantabria, a tan poca distancia de las viñas de Elciego que, si ha salido una de esas mañanas ventosas y limpias de invierno, parece como si la pudiéramos alcanzar con solo estirar el brazo.
El perfil del monte alterna el verde oscuro de las masas de encinar con la azulada blancura de los riscos y las peñas. La mirada se detiene en algunos tramos apenas perceptibles, senderos de vértigo que zigzaguean roca arriba hasta alcanzar el cresterío y desaparecer.
¿Cuántas gentes han recorrido esos caminos? Porque lo que vemos, o intuimos, no son otra cosa que antiguas vías de comunicación. A través de puertos de montaña conectan, desde tiempo inmemorial, la Rioja Alavesa con Vitoria y el resto del País Vasco, el mercado más próximo para los vinos de nuestra comarca.
Entre todos los pasos naturales que jalonan la sierra, el puerto de Herrera es el más conocido y transitado en la actualidad. Por él discurre la carretera A-2124, que permite unir Logroño y Vitoria. Siglos atrás, en la época dorada del comercio con mulas y caballos, por aquí pasaban los arrieros que llevaban vino a las poblaciones del norte y regresaban con madera, carbón, herramientas de hierro y pescado de la costa cantábrica.
La ?traviesa?, como eran conocidos localmente esos desplazamientos, se servía de muchos otros pasos serranos, que se alternaban en función del destino concreto de las mercancías, de las condiciones meteorológicas y de otros aspectos prácticos.
Al oeste del puerto de Herrera, es decir, en dirección al tramo de sierra conocido específicamente como Toloño, están los puertos de Rivas, de Osluna y de Atau, este último apenas un portillo oculto en la espesura a los pies de la cima del Artxabal (1.172 metros). Si giramos la mirada al este, vemos los pasos de Pipaón, Untzate, Redecilla y, sobre todo, el elevado y difícil puerto del Toro, a 1.202 metros. Encajado entre dos importantes cumbres, la Peña del Castillo y la Peña del León, conecta las poblaciones de Laguardia (Rioja Alavesa) y Lagrán (Montaña Alavesa), prácticamente en una línea recta de nueve kilómetros. La Diputación de Álava lo incluye como parte de la Ruta del Vino y del Pescado en su interesante página Rutas Verdes, que se puede consultar aquí.
Aún más hacia levante, superan el cordal collados como El Portillo, el puerto de Kripán y el de La Aldea, característico paso entre dos paredes rocosas que parte desde Lapoblación, al pie del icónico monte conocido como El León Dormido. Tanto este puerto como el mencionado de Kripán permiten llegar al pueblo de Bernedo, en el corazón de la Montaña Alavesa, zona mucho más húmeda y boscosa que la vertiente riojana. Del carácter de frontera climática que tiene la larga Sierra de Cantabria esperamos hablar en un futuro artículo.
Para programar rutas por los puertos mencionados en este post y, en general, por todo el sistema montañoso de las sierra de Toloño y Cantabria, recomendamos la página de Mendikat.
El puerto del Toro, en plena Sierra de Cantabria, entre Rioja Alavesa y la Montaña de Álava
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