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Paseo triangular alrededor de Elciego

Paseo triangular alrededor de Elciego

En 9 km, tres paisajes característicos de nuestro pueblo

Pueblo, viñas, río. Si nos pidieran resumir qué es Elciego, lo sintetizaríamos en estras tres palabras. Y ampliaríamos la respuesta con una proposición de paseo por los tres paisajes de esta zona de Rioja Alavesa.

La primera etapa nos lleva a las proximidades de Muriel. Sólo hay que cruzar la carretera y subir la última cuesta del barrio de bodegas en dirección a la ermita de San Roque. Antes de llegar, tomamos un camino a la derecha que en pocos metros nos lleva al alto conocido como El Tendedero (485 m).

La vista que ofrece al pueblo es completa. Tras la primera terraza de viña, aparecen los tejados de las pequeñas bodegas tradicionales, sustituidas enseguida por una trama de edificios ocres que se alinean alrededor de la mole de la iglesia de San Andrés. El pequeño casco urbano aparece flanqueado por nuestras dos bodegas: en la parte baja, Muriel; en lo alto del pueblo, Eguía. Más allá, hacia el norte, divisamos la muralla de roca caliza de la sierra de Cantabria.
Paseo triangular alrededor de Elciego

 


 

 

El Castejón

Hacia la sierra precisamente se dirigen nuestros paseos, para llegar, a tres kilómetros de Elciego, hasta un cerro conocido como El Castejón (540 m), dentro ya del término municipal vecino, Navaridas. Hace 3.000 años, sobre su cima llana se ubicó un extenso poblado neolítico. Al desaparecer, la meseta y sus laderas se destinaron a cultivos. En la Edad Mwdia, el pequeño altiplano acogió una torre de vigilancia. No es de extrañar, ya que desde aquí se domina un ancho panorama de Rioja Alavesa.

 

Nos gusta ascender al Castejón para contemplar el mosaico de viña que define nuestra comarca, ese conjunto de vaguadas, barrancos, vertientes y escalones, un ?sube-baja? constante, como describe el enólogo de Muriel Wines, Chema Ryan.
Paseo triangular alrededor de Elciego

 


 

 

Un balcón al Ebro

Tras bajar del Castejón, tomamos una pista rural que parte de la ermita de Santiago, a los pies del cerro, en dirección suroeste. En un par de kilómetros, recorriendo parcelas de viña, alcanzamos la carretera A-3214, que conecta Elciego con Villabuena de Álava. La cruzamos y, serpenteando, vamos subiendo entre bancales de viñedo hasta la parte alta de una ancha meseta. El camino vuelve a trazar largas rectas y nos lleva a la zona de El Gallo, donde se extiende nuestra principal propiedad vitícola en Elciego.

 

En el extremo suroeste de El Gallo, en un paraje llamado La Calera, alcanzamos un punto alto (530 m) desde el que observa todo el valle del Ebro. Un balcón natural al paisaje del río, en el que la sinuosa y oscura línea de bosque de ribera contrasta con el verde brillante de la viña y el marrón de los suelos arcillosos. Desde este mirador volvemos a Elciego en apenas 30 minutos de andadura, cerrando así este paseo triangular.