En la bodega de Ollauri hemos recibido recientemente la visita de varias blogueras y periodistas especializadas en viajes y turismo. Hemos querido recoger aquí un resumen de los artículos que han publicado a partir de su experiencia en Conde de los Andes. Para nosotros ha sido un placer recibirlas y disfrutar con ellas de la magia de los antiguos calados. ¡Volved pronto!
Calados centenarios de Ollauri, en las entrañas de La Rioja
Por Rebeca Serna, VIAJEROS 3.0
Seguramente, te estarás preguntando qué es exactamente un calado. La explicación objetiva es muy sencilla. Se trata de una cueva subterránea, con humedad y temperatura constantes, que se utiliza para criar y envejecer vinos. Una definición muy fría que no refleja ni la belleza, ni los siglos de historia, ni el esfuerzo de nuestros antepasados.
Prepárate porque hoy nos transportamos a los calados más espectaculares de La Rioja y, probablemente, de toda España: los calados de Conde de los Andes en Ollauri.
La Bodega Ollauri-Conde de los Andes nos abre sus puertas en un elegante edificio del centro histórico de Ollauri. Estamos en un pequeño y hermoso pueblo de La Rioja Alta. Tan bonito en su superficie que nada hace presagiar el tesoro que tenemos bajo nuestros pies. Un increíble laberinto de pasadizos y pasillos que parecen no tener fin.
Dicen que estos calados de Ollauri, antaño propiedad de Paternina, son únicos en La Rioja. Desde luego, la envergadura del lugar no hace más que reafirmarlo. Estamos hablando de túneles excavados a lo largo de muchos siglos y de más de un kilómetro de extensión. Los más antiguos datan del siglo XV y en las arcadas se pueden observar elementos de influencia mudéjar. ¡Ahí es nada!. Casi es posible sentir los siglos de historia y la evolución de un elemento que siempre ha identificado esta comunidad: el vino.
Lo más curioso de los calados es que fueron excavados a pico y pala, y reforzados con arquerías de sillería y ladrillo. El ingenio y el esfuerzo de los riojanos ha quedado patente en esta joya de importantísimo valor patrimonial. Actualmente, no sólo luce su mejor cara durante las visitas, sino que, a pesar de su antigüedad, continúa cumpliendo su función: la crianza de vinos Rioja.
Como veis, la visita a Conde de los Andes es una oportunidad única. Tan especial como las cientos de miles de botellas polvorientas que se reparten por los pasillos. Una herencia que, a priori, parece haber perdido valor consumida en el olvido. Nada más lejos de la realidad. El tiempo es lo único que no se puede comprar y estos caldos tienen hoy un valor incalculable. ¡Quien pudiera llevarse una botellita para casa! ;).
Muriel Wines, descubriendo la esencia del vino
Por Mónica Ferreiro, El VIAJE DE SOFI
Me encanta el mundo del vino, me enamora, me pirra, me vuelve loca. Me gusta disfrutar de una buena copa de tinto después de la cena, de un blanco fresquito en el aperitivo y de un rosado goloso al atardecer. Pero no solo me gusta catarlo y disfrutarlo, también vivirlo en origen, en sus cepas, en las bodegas en las que se elabora. A continuación te voy a hablar de mi experiencia de enoturismo en Ollauri y de unos caldos extraordinarios, los de Muriel Wines.
Gran parte de los vinos que producen se venden en el mercado internacional. Pero eso es algo que está cambiando. En los últimos tiempos algunos de sus caldos han aparecido en las cartas de restaurantes tan prestigiosos como el DiverXO del chef David Muñoz. Y poco a poco van buscando también su implantación en el mercado nacional. De todas sus bodegas, actualmente hay una que realiza visitas, Conde de los Andes. Llevo ya unas cuantas experiencias de este tipo y te puedo asegurar que la de enoturismo en Ollauri fue una de las más interesantes y divertidas.
La bodega de Conde los Andes se abrió a las visitas en 2015. Están restringidas a grupos de 12 personas, una por la mañana y otra por la tarde. Si quieres descubrir estos sorprendentes calados de Ollauri te aconsejo que reserves pronto porque hay lista de espera, sobre todo, en primavera y otoño.
En este laberíntico entramado hay 450.000 botellas de vinos históricos que no se venden. Y que solo salen de forma esporádica para viajes tan especiales como el que hicieron al restaurante DiverXO. Hay caldos de hace 30, 40 y 50 años. Un consejo: trae una ?chaquetilla?, aquí la temperatura no cambia, está siempre a 13 grados para que la conservación del vino sea la apropiada. Aunque en la bodega siempre hay chalecos para los visitantes que no han sido previsores.
La Rioja, el bello país del vino y las canciones
Por Patri Rojas, LA COSMOPOLILLA
Acerca la copa. Cierra los ojos. Aspira. Un sorbito. Mueve ligeramente. Vuelve a oler y a probar. "¿Qué te evoca este vino?" Respondo tímidamente "Primavera". Estoy catando un rosado tan fresquito que recuerda a una eclosión de flores cuando comienza a calentar el sol tras un largo invierno. "¿Y si le ponemos música?" La vie en rose. Notas para celebrar la vida porque es cierto eso de que el vino nos hace felices. Escribió Goethe que "España es el bello país del vino y las canciones". Esta frase se hace tangible paseando entre viñedos, saboreando y visitando bodegas de La Rioja ¡la región del vino por excelencia! Esta es la crónica de un fin de semana catando los vinos de Muriel Wines, el arte en botella de cristal. ¿Me acompañas?
Un soleado sábado de finales de verano pongo rumbo a La Rioja Alta y la Rioja alavesa. Dejo atrás los campos de Castilla para sumergirme en un largo valle de colinas de viñedos. Hoy los encuentro verdes y cuajados de uvas: se acerca la vendimia. El emplazamiento no es causal. Los montañas al norte protegen de los vientos del Atlántico; la sierra de la Demanda al sur del frío estepario castellano. Eso hace que en esta comarca de interior, por la que discurre brillante y azul el Ebro, se genere un microclima más similar al Mediterráneo, ideal para el cultivo de uvas, especialmente la Tempranillo.
La primera parada la hacemos en Ollauri, Rioja Alta. Un pequeño pueblo de casas de piedra, tejados rojizos y bodegas subterráneas. Como casi todos los de la zona, volcado en el mundo del vino. Nos dirigimos a las instalaciones de Conde de Los Andes, bodega histórica y con solera, de las más conocidas de La Rioja y legado de la casa Paternina. Su nombre hace honor al origen familiar: el primer conde de los Andes recibió este título de manos del rey Fernando VII por los servicios prestados a la corona en las Américas.
El patrimonio de la bodega Conde de Los Andes se distribuye por pasillos donde se almacenan vinos reserva, que no se venden al público salvo en contadas ocasiones, algunas con más de medio siglo de vida. Adquirida por la familia Murúa, del grupo Muriel Wines, se abre a las visitas guiadas en pequeños grupos de 12 personas desde hace tres años. ¿La experiencia más especial? Además de recorrer los calados bajo una atmósfera de silencio y luz tenue, de conocer su historia, una deliciosa degustación de vino acompañada de ibéricos a la luz de las velas.
También te puede interesar: