9.000 hectáreas de viñas de más de 40 años: este es uno de los factores de singularidad más importantes de Rioja. Uno de los tesoros más preciados de la denominación, responsable de vinos de profundo equilibrio y de paisajes de una belleza serena, antigua y eterna.
Las vides de más edad fueron plantadas en vaso, y así han permanecido durante décadas. La visión de esas cepas viejas y únicas, dispuestas a poca distancia entre si, representa como ninguna otra el entorno del viñedo mediterráneo, adaptado a veranos de sequía y calor.
En los pueblos de Rioja Alavesa, perviven más de 500 hectáreas de cepas viejas, anteriores a 1960. Extendidas en pequeñas parcelas por carasoles, colinas y laderas de barrancos, componen la imagen de un lugar armonioso, preservado por el tiempo y las manos de viticultores expertos. Una de las mayores fortunas que poseemos como bodega elaboradora es contar con una notable proporción de uvas de esas cepas viejas en vaso, de las variedades tempranillo, viura y otras autóctonas.
Por qué en vaso
El tipo de plantación más tradicional en la Península Ibérica proporciona un rendimiento ajustado a las condiciones geoclimáticas que dominan en muy diversas regiones de España y Portugal. Desde el litoral mediterráneo hasta las tierras calizas de Andalucía y desde el cálido Alentejo hasta los altiplanos del norte de Castilla: el vaso domina en las viñas de mayor edad, que suelen mostrar una compenetración maravillosa con su contexto natural y cultural.
“Taça” en portugués, “gobelet” en francés, también “gobelet” o “goblet” inglés. Las diferentes lenguas remiten a la forma de copa característica de las vides, con su tronco corto y sus brazos como paredes laterales de un recipiente imaginario. El idioma italiano, en cambio introduce otro sentido: “alberello” significa pequeño árbol. También es un nombre cargado de razón: la vid en vaso semeja un árbol en miniatura.
A modo de pequeño homenaje, hemos compuesto una serie de imágenes que ponen en relación algunas de nuestra venerables cepas en vaso de la zona de Elciego con diferentes tipos de copas de vino. En ellas, la belleza del origen se ve reflejada en el brillo del destino: vinos que exaltan y recuerdan el valor de sus viejas madres.
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