Hace unos meses, en este mismo blog, hablábamos del conocido como Balcón de La Rioja.
En este artículo nos trasladamos a otro de esos puntos altos que salpican la geografía riojana y que ya sentimos propios, pues nos ayudan a entender el territorio al que nos debemos. Se trata de la parte más alta de nuestra gran finca en las faldas de la sierra de Yerga.
Desde aquí se domina todo el valle del Ebro. A lo largo, la vista abarca desde el municipio de Calahorra hasta los límites de Tudela, ya en Navarra. A lo ancho, el panorama puede llegar a ser de auténtico impacto: en los días más claros, tras la ribera del gran río la vista recorre más de un centenar de kilómetros para llegar hasta unas cumbres blancas: ¡el Pirineo navarro!
No es muy habitual ver esta cadena montañosa, pues normalmente las brumas del propio valle desdibujan el paisaje. Todavía no hemos encontrado el día perfecto para retratar la panorámica en todo su esplendor. Todo llegará. De momento, publicamos aquí algunas imágenes tomadas a lo largo de nuestro primer año en Yerga. Las fotografías sugieren la fuerza evocadora de estos lugares altos de La Rioja más oriental. Imaginaos ahora pisando esas laderas de viñedo, encina y cereal, esas tierras áridas batidas por el cierzo, bajo un sol que ya es netamente mediterráneo.
Si queréis saber más sobre nuestra finca de Yerga y sobre la historia del lugar, os invitamos a consultar este interesante artículo que publicamos el pasado otoño.
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